martes, 5 de abril de 2016

El lado oscuro de emprender


  
Desde hace 5 años que dejé de trabajar en una oficina me he planteado el reto de emprender un negocio, la cosa ha ido de reuniones con amigas, muchas lluvias de ideas, planes de negocio y hasta lanzamientos. Si me preguntan todas eran buenísimas ideas pero nunca pasaron de ahí, así que henos hoy aquí con nuestro emprendimiento nro 4.

Este último lo he empezado sola, en un momento de mi vida en el que empiezo a entender algunas verdades después de estar tantos años cuestionándolo todo, tanto así que  hasta me siento en mi segunda adolescencia… si es que alguna vez he dejado de serlo, a veces pienso que no. Me encantan las manualidades, los cuadernos y el scrapbooking, así que se me ha ocurrido la genial idea de generar un ingreso a partir de eso. 

Pero ya saben que para que un negocio funcione (si es que se puede llamar así a lo que yo tengo) no basta con una idea que nos haga ilusión, se necesita por lo menos un plan y mucho trabajo duro. Así que imagínense esta “adolescente eterna” en su enésima crisis existencial, soñadora e improvisadora profesional… la tarea no ha sido fácil. Adicionalmente se necesita de mucha automotivación, por lo que  mi tendencia a autosabotearme (de eso hablo más aquí) desata una lucha épica conmigo misma, dolorosa pero necesaria.

Encuentros de otro mundo.

Esa lucha ha hecho que me re-encuentre con fantasmas de viejos miedos y complejos que creía superados, con miedos que siempre han estado muy presentes y hasta con nuevos que han surgido. Pero también en el camino me voy descubriendo a mí misma, haciéndome más consciente de lo que puedo y no puedo hacer y aceptarlo, porque entre otras ese cuento de que puedes ser todo lo que quieras se oye muy bonito pero es puro cuento chino.

Sueña en grande te dicen, pero a veces esos sueños se hacen tan gigantes como monstruos que regresan a aplastarte y hay de que sueñes lo que para ellos es pequeño, te miran con ojos de compasión pensando que has perdido valor que te han cortado las alas, algunos incluso los más osados hasta se atreverán  a decírtelo.

Recuerdo que cuando era niña siempre soñé con cambiar el mundo, me imaginaba viajando por muchos lugares ayudando a muchas personas, cuando fui creciendo sólo me imaginaba que eso era posible a través de una fundación pero por supuesto nadie vive de trabajo caritativo así que más pronto que ya me fueron quitando esas ideas de la cabeza o yo misma me las fui quitando para sentir que encajaba.

Esto de emprender ha hecho que me mire al espejo y cada vez me guste más y sobre todo me acepte más… me ame más. Aún me falta mucho (si no todo) por aprender y sobre todo por avanzar, pero siento que cada día es más ligera mi carga así que lo mejor está por venir.

Mi vida de “emprendedora” está lejos de ser un modelo, pero es mía. Ya a estas alturas y de tanto leer aquí y allá me cansé de sentirme mal por no ir al ritmo de los demás, por sentirme agobiada con todas las tareas que implica emprender, me cansé de tener miedo a que guste lo que hago, a que de verdad sea útil, a tener miedo a decepcionar a las personas que amo dedicándome a algo que no tiene sentido ni utilidad para ellos.

En busca del éxito.

A donde me llevará todo esto? No tengo ni idea. Debo confesar que no me veo en un futuro viviendo de un negocio de cuadernos decorados a mano o mis manualidades (aunque quien sabe) pero esto es lo que hay, lo que tengo ahora, lo que disfruto hoy, así que con esto arranco. He vivido años tratando de llegar a esa idea brillante con éxito asegurado, el que hará sentir orgullosos a todos, para siempre concluir con la certeza de que no tengo ni idea de qué es ni cómo carajos se hace, de que el camino se ve demasiado turbulento y difícil y entonces el miedo me paraliza una vez más y sigo haciendo nada…

Hoy estoy convencida de que es Dios quien ha puesto un sueño en mí y que además me ha dado todas las herramientas para lograrlo. La meta o las pequeñas metas que debo ir alcanzando me las pongo yo, confío en que Él hará su parte. Pero sea cual sea el lugar a donde deba llegar no llegaré si primero no creo en mí misma, si no aprendo a amarme con mis ritmos, con mis trabas, con mi imprudencia, con mi torpeza… con mi imperfección. Por supuesto hay un montón de cosas más técnicas que debo aprender en el proceso, pero ya dejaré de lamentarme por lo que no soy, ni queriendo ser otra.

Así que hoy más que desearte que tengas éxito en eso que emprendes, deseo que te encuentres a ti en medio de eso que haces o quieres hacer, que ahondes en ti y encares tus temores, que les pongas nombre, porque cuando los nombras dejan de ser invencibles, te deseo que cada vez puedas perdonarte más los errores, las omisiones, el tiempo perdido, te deseo que dejes de pensarlo tanto y te atrevas a lanzarte afuera, aunque no tengas claro hacia dónde ir… ya sobre la marcha irás encontrando tu camino. En tu interior hay una luz que está ansiosa por salir. Libera espacio en tu corazón para amarte más, para amar libremente lo que haces  y  seguro que cada vez te engancharas más y crearás más y te comprometerás más. Aunque viéndolo bien, esta es mi manera de desearte éxito.

Sé que no es un artículo típico de motivación para emprender pero como dije arriba, eso es lo que hay, esto es lo que soy, escribiendo este tipo de artículos en un blog que iba a ser de manualidades.

Gracias por leerme hasta aquí, tal vez soy la única que me enrollo queriendo hacer algo tan sencillo como un álbum scrap pero tal vez no. Me encantaría que compartas conmigo tu experiencia, a lo mejor sin tanto rollo como la mía.

Un abrazo



miércoles, 17 de febrero de 2016

DIY-Organiza tus papeles con estilo

carpeta

Una de mis grandes pasiones son las manualidades y una de mis preocupaciones es el orden. 
Poco a poco he ido descubriendo que la motivación más grande que he tenido siempre para hacer mis "proyectos manuariles" es precisamente, el orden, por lo que ése va a hacer un tema recurrente en este espacio.
Soy una de esas personas a las que todo se le olvida y que necesita tener un lugar fijo para cada cosa en la casa porque si no es así pierdo horas y horas buscando por todas partes. Así que un día me puse a la tarea de organizar todos los papeles importantes de casa en una carpeta archivador y por supuesto no pude evitar ponerle mi toque personal... como debe ser. Porque pienso que las tareas se hacen más fáciles cuando las haces rodeada de cosas bonitas y si las hiciste tú, doble premio.
El ver algo que hice con mis manos me llena de mucha ilusión y si de además me ahorra tiempo y espacio, mucho mejor, así que empecemos.

Antes de empezar:




Lo primero que hay que hacer antes de empezar es un listado de todos los papeles importantes de casa y que sabemos que eventualmente utilizaremos, luego los clasificamos por categorías. En mi caso yo escogí 5 categorías, Documentos legales (documentos de identidad, registros civiles, etc), Papá , Mamá, Julian colegio (certificado de notas, volantes de pago, comunicados importantes, etc.), Julian médico (fórmulas médicas, exámenes médicos, vacunas, etc), Camilo colegio, Camilo médico.


Ya con los papeles listos y clasificados, nos vamos a la parte divertida.

Materiales:

1. Capeta archivadora de anillos (es la más práctica para mantener tu archivo actualizado)
2. Telas bonitas que puedas combinar entre sí.  (También puedes utilizar papeles)
3. Adornos varios (cintas, encaje, botones, , washitape, stickers, todo lo que tengas a la mano puede servir para embellecer tu proyecto).
4. Papel decorado o cartulina para la contraportada.
5. Imprimibles con nombres de cada sección (opcional. Yo lo que hice fue imprimir en una hoja el nombre de cada sección para que me fuera más fácil identificarlas).


Una vez tenemos reunidos todos los materiales (créanme eso nos ahorra tiempo y nos sentimos más inspirados al ver todos los materiales sobre la mesa), manos a la obra.

Paso a Paso:
Recortamos los trozos de tela tomando como referencia el tamaño de la carpeta.       Pueden hacerlo recortándolo por encima o tomando las medidas, dejando siempre unos dos o 3 centímetros de sobra para pegar después. Yo en este caso utilicé dos trozos de tela, uno para el lomo y otro para la portada.

Procedemos a pegar la portada teniendo especial cuidado en las esquinas. Yo lo hice con silicona líquida pero se puede hacer con cualquier pegante resistente.
También puse un poco de pegante a lo largo de la tela en la portada. Nos debe quedar algo así.
Ahora vamos con el lomo. Aquí debemos tener cuidado de pegar el lomo por debajo del sistema de anillos. No salió muy nítida la foto pero se logra ver cual es la idea :).
Pegada la tela, procedemos a pegar la contraportada. Si van a pegar cintas o como en mi caso, encaje, deben pegarlo antes del papel para que no les pase lo que a mí, que me quedó por fuera jejeje.
Yo puse washitape en la marca del doblez de la carpeta para reforzar, ya que es una carpeta de bastante uso en mi casa.
Luego si podemos poner el resto de los adornos, todo siempre con nuestro estilo personal. A mi no me gusta adornar mucho, así que a mi me ha quedado así:
Finalmente insertamos nuestros imprimibles. En este caso mi carpeta trae bolsillos plásticos y ahí los puse. Si su carpeta no los tiene puede comprarlos por aparte e insertárselos, son verdaderamente útiles para algunos papeles que no se pueden anillar. Yo guardo en ellos, fotos de carnet, cartillas de vacunas, diplomas y cositas así.
Me encanta ponerles nombre a mis carpetas o cuadernos, así que no me resistí y a este archivador lo llamé: Familia. En esta ocasión lo hice con una etiqueta de madera y unas letras autoadhesivas pero bien puede hacerse imprimiendo el nombre y recortando con alguna forma bonita con tijeras.
Ahora sé donde están siempre los papeles que vamos necesitando.



Espero que les haya gustado la idea, seguro que la podrán utilizar para organizar todo tipo de papeles. 
Si te gustó escribe un comentario, ellos son el alimento para nosostras que nos ecanta compartir lo que hacemos y lo que somos.

Feliz Jueves manuaril!

jueves, 4 de febrero de 2016

Ese es de verdad tu sueño? Si no sale de tus entrañas, No lo hagas.


Soy una convencida de que todos, todos, podemos cumplir nuestros sueños y creo que el segundo paso para conseguirlos es creerlo hasta los huesos. Y digo segundo porque pienso que no todo lo que queremos o deseamos en algún momento de nuestras vidas son verdaderamente sueños que nacen de nuestro corazón, muchas veces son ideas preconcebidas de otros que nos dicen lo que "debemos" hacer o hasta soñar y lo que es peor, nosotros les creemos y tomamos esos sueños como nuestros.

Así que creo que lo primero es conectarse con uno mismo y preguntarse de verdad: Cuál es mi sueño? Qué es aquello que me apasiona? Qué me hace feliz? e incluso, A qué me dedicaría aún si no me pagaran por ello?

La respuesta a éstas preguntas (y no digo que sea sencillo contestarlas), es el punto de partida para lo que puede ser para ti una Nueva Vida. Una vida que traerá mucha plenitud y felicidad pero que también requerirá mucho trabajo, esfuerzo y seguramente, noches sin dormir.

Por supuesto el esfuerzo valdrá la pena, pero para seguir el camino la clave es mantener la motivación y tener la seguridad de que lo que estás haciendo ES lo que TIENES que hacer.

Buscando inspiración para estos fines, me he encontrado con un comercial de una bebida (con la que no tiene nada que ver) en la que nos narran un poema de Bukowski, cuyo texto no tiene pierde y que vale la pena compartir hoy contigo.

Es un poema que habla sobre ser escritor, pero aplicable a todo lo que queramos emprender. Espero que te inspire tanto o más que a mi,



¿Así que quieres ser escritor? de Charles Bukowski.
Si no te sale ardiendo de dentro,
a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir como cualquier otro,
olvídalo.
Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.
Si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismo escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma>
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas, no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.


Feliz e creativa semana,


Ruby.